Hubo varios intentos de integración de periódicos,
pero la gran mayoría fracasó debido, fundamentalmente, a las fuertes condiciones de censura del régimen porfirista y también
a la escasez de población, pues al arribo del siglo XX los registros estadísticos daban la siguiente referencia:
Santa Rosalía:
7,000 Habitantes y con la minería en su apogeo.
La Paz:
5,184
El Triunfo:
4,365
Real de San Antonio: 3,000
San José del Cabo: 2,507
Santiago:
1,757
Todos Santos:
1,350
Mulegé:
1,210
San Ignacio:
Menos de 500 habitantes (1).
De 1900 a 1911, los gobernadores porfiristas coronel y licenciado don Abraham Arroniz y el general Agustín Sanginés,
prohibieron todo intento de edición de periódicos opositores al régimen del dictador Díaz Mori.
Uno de los periodistas
que no se apegó a esas disposiciones arbitrarias fue Adrián Odilón Valadés Cobos (hijo del escritor Adrián Valadés). Por haber
demostrado afinidad con la causa maderista, el redactor en cuestión fue desterrado de sudcalifornia por órdenes del gobernador
militar Sanginés. Adrián Odilón fue editor de las revistas La Crisálida, El Criterio Público y Soberanía Popular, además de
colaborar en el periódico La Baja California antes de irse a radicar en forma definitiva al puerto de Mazatlán junto con su
familia.
A la par del siglo XX,
en enero de 1900 Salvador Díaz, quien fungió como administrador del periódico oficialista La Opinión Pública, edita en el
mismo tenor EL PENINSULAR, propiedad del Círculo Nacional Porfirista del Distrito Sur. Ambas publicaciones electoreras,
sirvieron para ensalzar la figura del general Díaz
El decano del periodismo sudcaliforniano, La Baja California, Semanario de información, variedades y anuncios,
arribaba en 1904 a sus 40 años. Dirigido ahora por el señor Tirso Campos, éste periódico había pasado por varias etapas y
su formato ya registraba algunas transformaciones. El mismo señor Campos funda en el verano de ese año El Eco Peninsular,
bisemanario que contó con una sección literaria titulada Pensamientos.
La cultura de la prevención de enfermedades fue difundida por el doctor Ventura Oscar Viruete en el periódico DISTRITO
SUR, medio que se edita a partir del mes de abril de 1906. La amplia instrucción del médico, responsable del Hospital
Civil y ciudadano distinguido que participó en actividades de beneficiencia, se reflejó en las planas de este quincenario,
que utilizó también para publicar poesía y elogiar el gobierno del general Porfirio Díaz, nada raro dentro del periodismo
en esa época. En El Distrito Sur se dio cobertura a la visita que hizo a Santa Rosalía en 1907 el vicepresidente de la república,
señor Ramón Corral. El doctor Ventura O. Viruete tuvo que cerrar su periódico en agosto de 1908, aduciendo la falta de un
taller de tipografía.
Guillermo Betancourt en el ámbito del periodismo humorístico joco-serio, publicó en junio de 1908 el pasquín
DON CLARITO, donde prefirió comentar de manera chusca los acontecimientos de la época, que involucrarse en editoriales
políticos que podían resultar muy comprometedores. De este periódico existen 16 ejemplares en buen estado de conservación
en el Archivo Histórico Pablo L. Martínez.
En 1909, don Prisciliano Díaz Bonilla Amao, originario del real de San Antonio, fundó en El Triunfo y luego en La Paz
el semanario EL PACÍFICO, del que parte de la edición en honor a su nombre era distribuida profusamente en los estados
de Sinaloa, Nayarit, Sonora y en el aún Distrito Norte de la Baja California. Esta publicación fue el órgano oficial del Club
Liberal Guillermo Prieto, cuya actividad estuvo estrechamente ligada al ámbito político. El periódico desapareció en 1914
cuando las tropas constitucionalistas requisaron el taller donde se imprimía, por el hecho de ser señalados de filiación huertista.
Cuando el porfiriato se desenvolvía en la incertidumbre y se vislumbraba su fin, surge en La Paz un comité que tuvo
como objetivo buscar el cese de funcionarios que ejercieron los cargos públicos identificados plenamente con la causa porfirista.
Es el Comité Democrático Californiano fundado el 26 de junio de 1911 encabezado por Félix Ortega Aguilar (2) y editó el pasquín
satírico EL SERMÓN DEL CURA, bajo la dirección de Juan Tolinga (posiblemente un seudónimo). Este pasquín fue una parodia
de las hojas parroquiales que se repartían en la iglesia y tiene como antecedente, una publicación similar del mismo nombre
y formato editada en la ciudad de Guadalajara.
En 1912, el profesor don Ignacio Bañuelos Cabezud, maestro y político jalisciense (3), se reunió con un grupo de seguidores
de la causa maderista para fundar el legendario EL ECO DE CALIFORNIA, publicación y empresa que durante el gobierno
del coronel Carlos Manuel Esquerro (27 de octubre de 1925 19 de marzo de 1926) sufrió varios atentados hasta llegar a la provocación,
a las sombras de la noche, de una violenta agresión que acabó con el patrimonio del maestro Bañuelos.
La Voz del Noroeste, fue un periódico de vida efímera fundado en 1912 con capital sonorense, bajo la dirección de un
sujeto que siempre escribió contra el gobierno revolucionario de Santiago Diez bajo el seudónimo de P. Mata, aun cuando nunca
se supo su nombre verdadero, aunque sí su origen, pues era del puerto de Guaymas.
En septiembre de ese mismo año, el gobierno municipal paceño decide publicar un medio impreso bajo el rubro Boletín
Municipal, donde se divulgaron acuerdos de sesiones de cabildo y los movimientos presupuestales de la tesorería.
Bajo el patrocinio comercial de don Ernesto Sixto Arámburo Saavedra circula en 1920 el trisemanario EL PENINSULAR.
El propietario de este medio fue también su director, acompañado en esa responsabilidad por Juan Manuel Castro Romo.
Aunque no tuvo el rango de periódico, en 1925 el comerciante y miembro fundador de la sociedad mutualista Unión,
don Hipólito Liera Talamantes editó La Chispa. Un año después, clasificada como una revista netamente política, Francisco
Andrade y José María L. Verdugo hacen circular La Razón en octubre de 1926.
Durante el mandato del gobernador Carlos Manuel Esquerro (1925 1927), ocurrió el atentado a que nos referimos anteriormente
contra el periodista Ignacio Bañuelos Cabezud. Al respecto Alejandro D. Martínez, prominente hombre de la sociedad local,
establece que el régimen de ese mandatario quedó ensombrecido por el asalto a la imprenta donde se editaba El Eco de California,
cuya prensa la destruyó a golpes de marro un grupo de esbirros oficiales, que además balaceó dentro de su domicilio afortunadamente
sin herirlo, al director del citado periódico, don Ignacio Bañuelos Cabezud (4).
Según se deduce, el atentado se debió a que en el citado periódico se había criticado la actitud derrochadora del gobernador
por construir obras de ornato sin ninguna utilidad, en lugar de alojamientos escolares.
Al respecto, jamás se realizó la menor investigación sobre este acto cobarde, aprobado con el silencio y la inercia
del gobernador Esquerro, que pasó a la historia señalado por la sentencia de que toda ofensiva a la libertad de expresión
convierte al mejor dirigente en un tirano, sentenció con firmeza don Alejandro D. Martínez (5).
Para contrarrestar la crítica y el juicio popular, el señor Jorge S. Carrillo Peña, asesor del poder ejecutivo estatal, aconseja al gobernador Carlos Manuel Esquerro la creación de un periódico propio.
Así nace el 24 de julio de 1927 La Baja California, órgano destinado única y exclusivamente a la defensa del territorio. Este
medio retoma el rumbo de un periódico fundado en 1864 por José Fidel Pujol, de quien se copia el nombre y lema.
En su nueva etapa, La Baja California tuvo como primer director al ingeniero Sebastián Díaz Encinas, quien inició con
el pie izquierdo su incursión en el periodismo ya que tres meses después se giraba una orden de aprehensión en su contra,
al demandarlo por difamación la profesora Rosario Rosas.
Jorge S. Carrillo Peña, verdadero propietario del periódico, por su participación en la administración pública decidió
no asumir la dirección del cotidiano sino hasta 1949. Además de Sebastián Díaz Encinas fungieron como directores de este medio
Eduardo Garay Briggs, Prisciliano Díaz Bonilla y Porfirio C. Avena.
Autonombrándose como un órgano defensor de la comunidad, José Ma. L. Verdugo publica el periódico criticón y
sarcástico El Pulpo en septiembre de 1927. En el primer ejemplar se explica que decidieron utilizar ese nombre para chupar
toda la gangrena de la sociedad local y foránea para exponerla a ti mismo. Explican sus realizadores: [Nuestro periódico]
quiere señalarte las terribles lacras que te rodean lector mío, quiere tenerte siempre ojo avizor (6).
Por referencias escritas en el periódico La Baja California en agosto de 1927, se conoce de la existencia de una revista
estudiantil llamada El Luchador editada por un grupo de profesores en San José del Cabo, sin que a la fecha se conozca físicamente
algún ejemplar de lo que pudiera ser la publicación pionera de esa ciudad austral.
José María López Coronel, encargado de la edición del Boletín Oficial del gobierno, publicó a partir del 30 de abril
de 1928 la revista mensual El Mes Literario, donde tuvieron cabida leyendas locales, ensayos de él mismo y poesía del consolidado
creador Filemón Cecilio Piñeda Contreras.
En el verano de 1928, el fotógrafo duranguense Alberto Antuna Aguirre publica la revista Acción, para dar difusión
a las actividades de la sociedad mutualista Unión, organización de gran tradición en este puerto fundada el primero
de abril de 1923, de la que él fue presidente en el período 1927 1928.
Leonardo S. Olmedo, funcionario público y Luis E. González, inician la publicación de La Vanguardia el 29 de abril
de 1928 como el órgano del Partido Californiano Pro-Obregón, que tuvo como finalidad principal apoyar la candidatura presidencial
del general sonorense Alvaro Obregón, quien fue asesinado el 17 de julo de ese mismo año en la ciudad de México. A causa de
eso, desapareció La Vanguardia.
En 1930, don Pablo L. Martínez Márquez, historiador y pedagogo originario de San José del Cabo, editó el semanario
Sudcalifornia, que duró brevemente, al presentársele al maestro la oportunidad de trabajar en el ya denominado Territorio
Norte.
Durante el gobierno del general de división don Juan Domínguez Cota, en 1933 salieron los órganos informativos oficiales
Orientación y El Carnaval. El primero relacionado con la vida pública del territorio y el segundo elaborado solamente en temporada
carnavalera y, decididamente, de carácter joco-serio. El primero lo dirigió don Fernando Chacón Meza y el segundo el señor
Gertrudis Cardoza Suárez. También ese mismo año de 1933, durante la temporada carnavalera se editó en Santa Rosalía El Dios
Momo, que contenía artículos realizados en el tenor característico de esas fiestas populares.
Hacia 1934, al consolidarse la Escuela Secundaria No. 14 bajo la dirección del profesor Domingo Carballo Félix, apareció
el periódico estudiantil Pluma y Alma, editado por el licenciado Manuel Torre Iglesias, con el apoyo del estudiante cardenista,
que después sería extraordinario maestro normalista, profesor José Refugio Angulo Cota. Los periódicos estudiantiles en sudcalifornia
tuvieron sus antecedentes en 1881 cuando se editan La Victoria y El Porvenir.
En 1935, ya restañadas las heridas del pasado, don Ignacio Bañuelos Cabezud recibe el apoyo del general Juan Domínguez
Cota para adquirir un equipo de impresión en Santa Rosalía, procediendo meses después a fundar El Regional, periódico que
habría de durar muy poco tiempo, debido a los padecimientos del célebre Varón de Ameca, como lo llamó certeramente
el ilustre general sudcaliforniano Félix Ortega Aguilar.
Francisco Díaz Bonilla Aréchiga puso en circulación a inicios de 1935 el trisemanario ACCIÓN, donde ya se destacaba
una mayor variedad informativa, además de anuncios del comercio local. También al amparo del gobierno pacifista del general
Domínguez Cota, en 1937 surgió el diario El Noroeste, bajo la dirección del paceño don Francisco Andrade.
Al federalizarse en el año de 1936 la antigua Secundaria No. 14 y adoptar el nombre oficial de José María Morelos
y Pavón, se crea un nuevo semanario estudiantil titulado Morelos, bajo la dirección del licenciado Manuel Torre Iglesias
y la dirección rotativa de un estudiante distinto cada mes..
En el sur de la entidad, en Miraflores, el señor Ernesto Velis C. Comenzó a publicar a partir del 3 de septiembre de
1936 el periódico Las Noticias. En los cuatro números que se encuentran resguardados en el Archivo Histórico Pablo L. Martínez,
se narran detalladamente las fiestas que se realizaron en Boca de la Sierra, área donde se asienta esa población, con motivo
del cuarto aniversario del gobierno del general Juan Domínguez Cota.
Como un órgano de vinculación entre la sociedad y el ejército, a finales de 1942 el Comité de la Defensa Civil publica
El Voluntario, medio de comunicación dirigido por el profesor veracruzano de arte escénico Ernán de Sandozequi Valerín. Esta
revista de clara orientación castrense, publica eventos cívicos como la conmemoración de gestas heroicas e incluso, en un
artículo se recomienda que sea obligatoria la instrucción militar en Baja California. Al consolidarse la Ley del Servicio
Militar Nacional, en 1945, los conscriptos se encargan de la edición de El Voluntario, bajo la dirección mancomunada del joven
José Rogelio Olachea Arriola y del profesor César Hugo Piñeda Chacón, ambos bajo la asesoría del entonces capitán de infantería
don Palemón Morales León, de origen oaxaqueño y comandante de la guardia civil sudcaliforniana al ocurrir la Segunda Guerra
Mundial.
Durante casi diez años, a partir del lunes 8 de marzo de 1943, el señor Porfirio C. Avena Camacho publicó EL CHISME,
medio que utilizó un estilo de redacción jocoso y sarcástico, donde también participó José Rogelio Olachea Arriola. El lema
que exhibieron como bandera fue: periódico de rompe y rasga.
Impreso en los talleres de La Baja California, hacia 1944 inicia su circulación el vespertino NUEVAS DE HOY,
también fundado por el periodista nayarita Porfirio Avena Camacho, después dirigido por Ventura Castro León y Oscar Walterio
Carrillo en la jefatura de redacción.
Don Jorge S. Carrillo Peña, se hizo cargo en 1949 del cuatrisemanario La Baja California (en su última etapa), que
hasta 1957 aún seguía publicándose para poco tiempo después desaparecer. Como una anécdota sobresaliente, los reconocidos
tipógrafos Ángel Valdez Cota y Clemente Rivera Méndez, relatan que don Jorge Carrillo instaló el primer linotipo de La Paz
en su taller ubicado en el callejón 21 de Agosto, una gran novedad en el medio tipográfico de ese entonces, que tuvo la particularidad
de nunca funcionar después de haber sido instalado por
un técnico norteamericano.
En 1949 don Arturo Sotelo Canett, originario del norteño municipio de Mulegé, adquirió los derechos de la publicación
pionera El Eco de California periódico dirigido todavía por Ignacio Bañuelos Cabezud. Posteriormente entra como director Porfirio
Avena Camacho quien a su vez entregó a Sotelo Canett el mando. Dificultades con los familiares de don Nachito Bañuelos (como
se le conocía cariñosamente) obligaron al señor Sotelo fundar el 14 julio de 1953 el diario Últimas Noticias. Para este medio
se adquirió en 1959 el primer linotipo de la ciudad que sí funcionó, gracias a la pericia de los experimentados tipógrafos
Roberto Gaxiola, Humberto Ríos y Roberto Domenzain. En diciembre de 2002, aún bajo la dirección de su fundador don Arturo
Sotelo Canett, Últimas Noticias dejó de publicarse.
Paralelamente al desarrollo de la prensa temporal, fueron publicadas algunas revistas. Como ya relatamos anteriormente,
en 1930 nació Sudcalifornia bajo la dirección del ilustre sudcaliforniano, profesor Pablo L. Martínez. A los doce meses de
existencia, en 1932 se consolidó la revista Adalid, creación del también ilustre sudcaliforniano, profesor don Jesús Castro
Agúndez.
Un par de años después, en 1934, don Francisco Andrade funda la revista Ahora, de breve duración y en 1936 el profesor
Jesús Celerino Cano saca a la luz pública la revista bimestral Noroeste, orientada más a la función educativa que a la información
general.
Un hecho inédito ocurrió hacia 1937, cuando llega a la ciudad un vendedor ambulante de origen difuso, don Antonio Garrido,
presuntamente campechano y también supuestamente emparentado con el cacique del sureste mexicano Tomás Garrido Canabal. Este
sujeto, enviado a causarle problemas al gobernador Juan Domínguez Cota, fundó la revista Panamericanista que se editaba en
un taller oculto en los anexos parroquiales, bajo la asesoría del padre Modesto Sánchez Mayol, cura conservador jalisciense
y enemigo del ejército. Cuando iba por el cuarto número y luego de los infundados y crueles ataques a la vida del territorio
demandaron a Garrido, quien antes de ser aprehendido huyó de La Paz, dejando al gobernador una carta en la que culpaba de
los ataques a un tal Mosanma, que no era otro que un seudónimo de propio señor cura párroco. Todo quedó en un llamado de atención.
La Asociación Católica de la Juventud Mexicana (ACJM) imprimió a partir de 1945 la revista ADELANTE, en sus
inicios dirigida por el señor Francisco Yee Zumaya y posteriormente por el profesor Alfredo Carballo Cota, redactor en los
periódicos La Baja California y Acción. Precisamente en los talleres de éste último se imprimió esta revista, que se puede
considerar como el primer medio de comunicación católico en Baja California Sur que tuvo entre sus colaboradores a José Rogelio
Olachea Arriola, Víctor Manuel Cota, Alfonso González Ojeda (que después sería el primer presidente municipal de La Paz de
la era moderna) y Rubén García.
Hacia 1946 se celebraban en sudcalifornia los Encuentros Atléticos, Deportivos y Culturales del territorio. En el ámbito
de la literatura, las composiciones triunfadoras en estos eventos, además de los cuadros ganadores en las competencias de
atletismo, eran publicados en el Diario Deportivo, una revista orientada a la cultura física. Estas olimpiadas territoriales
dejaron de efectuarse en 1958 (7).
Como el órgano de la delegación de la Secretaría de Economía Nacional en el Territorio Sur, salió a la luz pública
en marzo de 1947 la Revista de Economía, bajo la dirección de don Prisciliano Díaz Bonilla Amao. Su contenido estuvo orientado
a la información comercial dado el intenso tráfico de mercancías de importación, que se había incrementado sustancialmente
al decretarse la zona libre en toda la península a partir de 1938, amén de la creciente actividad productiva de la entidad.
También es digno destacarse que en 1950 en el Distrito Federal, Pablo L. Martínez editó como medio de difusión cultural
la revista Baja California; donde participaron valores de la literatura sudcaliforniana como Francisco Cota Moreno y Javier
Carballo. Esta revista, patrocinada por Alfonso Landero, desapareció en 1952 (8).
En 1956 aparece Proa, órgano cultural del magisterio sudcaliforniano editado por la Sección III del Sindicato Nacional
de Trabajadores de la Educación (SNTE), bajo la dirección del profesor Miguel Liera Ibarra. Proa tuvo entre sus directores
a los profesores Armando Trasviña Taylor y Jerónimo Ahumada Armenta.
Los habitantes en esta capital se fueron incrementando en número, conforme se diversificaron las actividades productivas.
En 1957 La Paz ya era poblada por 18,930 habitantes, conservando las características de una ciudad pequeña y tranquila que
siempre la han caracterizado.
El director del diario Ultimas Noticias, Arturo Sotelo Canett fundó y dirigió en 1962 la revista Calafia y un par de
años después, en 1964 el profesor Armando Trasviña Taylor edita la revista BCS.
Volviendo a los periódicos, bajo el esquema de la prensa temporal en 1963 el empresario Enrique Castillo León fundó
en La Paz el periódico El Terrisureño, de breve duración.
En octubre de ese mismo año y con muchas dificultades, Rogelio Félix Félix y un grupo de jóvenes fundaron el periódico
LA CHISPA, órgano joco serio que sufrió atentados y sus colaboradores persecuciones por parte del gobierno territorial
del general Bonifacio Salinas Leal, quien ejerció un mandato de mano dura de 1959 a 1964. También en 1963 José Guadalupe Amador
Cota funda el semanario La Verdad, de corte crítico que sería, igual como le ocurrió a La Chispa, objeto de persecución y
atentados.
Para 1964 se establece la primer ruta marítima entre La Paz y Mazatlán, con un moderno ferry operado por el gobierno
federal para el transporte de pasajeros y carga. Ese mismo año el empresario Raúl Fabián Aréchiga Espinoza establece su primer
estación radiofónica de amplitud modulada XEHZ. En ese mismo ámbito desde 1956 don Francisco King Rondero había puesto en
operación en este puerto la XENT, estación pionera de la radiodifusión en Baja California Sur y de igual forma, en 1968 funda
la XHK-TV, primer estación televisora. Nace así el Centro de Radio y Televisión.
Don Onésimo Estrada Osuna en un taller de impresión de su propiedad, ubicado por la calle Independencia y Josefa Ortiz,
publica a partir de 1966 el periódico El Imparcial. Pasado un año el propio señor Estrada Osuna cerró el este medio y fundó
en San José del Cabo La Voz del Sur, que era elaborada en su totalidad en esta ciudad capital.
Originario del estado de Jalisco, en 1966 Francisco Javier Benítez Casasola fundó El Sol de La Paz y un año después
El Sol de California en la entonces Villa Constitución, periódico que pasó por diversas etapas hasta 1984.
Es en el mes de mayo de 1967 cuando alentados por el empresario Miguel Lanz Pérez, don Tomás Limón García y el periodista
Carlos Morgan Martínez sacan a la luz pública el semanario EL SUDCALIFORNIANO. Aunque fechado en la ciudad de La Paz,
este periódico en sus inicios fue impreso en su totalidad en la ciudad de Ensenada. Cabe destacar que bajo la dirección de
Carlos Morgan Martínez, este medio llegó a consolidarse como el de mayor circulación en la entidad hasta la fecha.
- Baja California Ilustrada.- J.R. Southworth, 1898. Reedición del Gobierno del
Estado de Baja California Sur, 1989. P. 58.
- La Efervescencia Política en 1911.- Juan Preciado Llamas (1995) en la Memoria
del VI Simposio de Historia y Antropología Regionales. P. 75
- Forjadores de Baja California Sur.- Carlos Domínguez Tapia (1974). P. 24.
Manuel Bañuelos fue un amplio conocedor del trabajo de imprenta. En 1903 había sido nombrado director responsable del Boletín
Oficial.
- Experiencias Políticas de un Guaycura.- Alejandro D. Martínez (1986). P.p.
24 y 30.
- Íbidem.
- Ejemplar reproducido por el profesor Leonardo Reyes Silva en el número 24 de la revista Contacto, Publicación trimestral
del Archivo Histórico Pablo L. Martínez. (Enero Marzo de 1997).
- La Literatura en Baja California Sur.- Armando Trasviña Taylor (1971).
- Íbidem.