Historia del periodismo

Periódicos de sudcalifornia (1854-1900)
PRINCIPAL
La imprenta
Tecnologías del periodismo
Historia del Periodismo en México (1539-1917)
El Periodismo de Baja California Sur (generalidades)
Periódicos de sudcalifornia (1854-1900)
Periódicos de sudcalifornia (1900-1967)
Periódicos de Mulegé
EXPOSICIÓN HISTORIA DEL PERIODISMO
MEDIOS DE COMUNICACION DE B.C.S. - 2007

Fue el tipógrafo sinaloense Miguel Fernández Castro quien estableció en 1854 la primer imprenta de Baja California en La Paz, donde editó EL CENTINELA (1), Periódico Oficial del Gobierno de la Baja California, mediante el cual se dio difusión a las actividades y misiones de las autoridades civiles, así como algunos editoriales sobre los acontecimientos nacionales referentes al período de inestabilidad que le tocó enfrentar al presidente Antonio López de Santa Ana.

            La publicación de El Centinela tuvo poco eco entre los 781 habitantes que conformaban la población paceña (2) y que pasaban por un período de incertidumbre, ya que desde noviembre del año anterior el filibustero norteamericano William Walker venía realizando incursiones bélicas, pretendiendo la creación de una república independiente tomando los territorios de Baja California y Sonora, pretensión que nunca concretó.

            Aunque de Miguel Fernández Castro se tiene escasa información, se sabe que en 1856 imprimió un periódico similar en Culiacán al que llamó La Bandera de Ayutla, órgano oficial del Gobierno de Sinaloa, estado donde radicó y dejó huella como prestigiado tipógrafo (3).

            El primer documento de carácter oficial impreso en La Paz fue hecho en la imprenta del gobierno el 2 de diciembre de 1855, cuando la diputación territorial expide un estatuto orgánico para regular la vida política local. Esto sirvió de base para que se promovieran los comicios que llevaron a la jefatura política al señor José María Gómez.

            Es hasta el año de 1864 cuando se instituyen en La Paz los dos primeros periódicos formales con calidad de semanarios: EL MEXICANO y LA BAJA CALIFORNIA, periódico semi oficial. El primero, había iniciado su circulación desde junio de 1863 pero se estabilizó meses después con Teodoro Ramírez al frente, patrocinado por el empresario extranjero John Louis Hopkins, estadunidense con licencia migratoria temporal. La Baja California fue editado por José Fidel Pujol, escritor y periodista de origen español, avecindado en esta ciudad por temporadas ya que su domicilio fijo lo tenía en el puerto de Mazatlán, donde fue propietario de un taller tipográfico desde 1861 llamado Imprenta de José Fidel, donde se editó el periódico El Constituyente.

            En su editoriales (por lo regular colocados en primera plana), el periódico El Mexicano se manifestó siempre contra el malogrado gobierno del emperador Maximiliano de Habsburgo  patrocinado por el emperador Napoleón III a quien los redactores de este medio calificaban como el tirano de Francia. Con frecuencia aquí fueron relatados episodios de la lucha republicana contra la invasión francesa.

            Ambos periódicos se desenvolvieron en un clima de libertad, dentro del gobierno titubeante del licenciado Pedro Magaña Navarrete, abogado y maestro capitalino y enemigo jurado de los seguidores de la causa liberal juarista del territorio.

            En 1871 el jefe político Pablo María Castro Castro, originario de San José del Cabo, ordenó la edición de El Peninsular, bajo el patrocinio del gobierno de la entidad y, obviamente, integrado por boletines de carácter oficial.

            Un año después, Fidel S. Pujol (aparentemente hijo del tipógrafo español) edita en un taller propio llamado Imprenta de la Viuda de Pujol e Hijos un pasquín satírico titulado EL ZANCUDO, en cuyo lema periódico malcriado y amante de decirle a cualquiera una tontería, resumió en forma sarcástica sus objetivos.

            Hacia fines de 1874 aparece La Atalaya, dirigida por el profesor Carlos Fernández Galán, de origen capitalino y que por espacio de 50 días en 1867, fungió como gobernador imperialista del Distrito Sur, sin que los opositores a Maximiliano lo hubieran dejado jamás tomar posesión del cargo. Desde esa tribuna Fernández Galán fustigó cruelmente al gobernador juarista, general de división don Máximo Velasco Velásquez (4), acusándolo incluso de peculado, lo que originó que en septiembre de 1875 el aún presidente Sebastián Lerdo de Tejada enviara a un grupo de auditores que declararon inocente al gobernante y encarcelaron, por difamación de honor, al maestro imperialista católico.

            El propio general Velasco impulsó la creación del periódico LA EQUIDAD, editado por su secretario de gobierno José Yela Ruíz en el recién estrenado taller de quien habría de ser un célebre escritor, impresor y prominente miembro de la masonería local, don Adrián Valadés, profesor originario de Mazatlán que andando el tiempo sería electo presidente municipal de La Paz, ciudad donde radicó de 1861 a 1911.

            En La Equidad se publicaron las sesiones del ayuntamiento, temas mineros, además de dar a conocer en diciembre de 1875 nuevas disposiciones con respecto al culto católico y la política. Por lo regular, el periódico oficial era supervisado y coordinado por el secretario general del Gobierno Territorial en turno, brazo jurídico de esa institución normativa.

            Sobre el aspecto religioso cabe destacar que en esos años en esta capital, se manifestó una actitud muy anticlerical por parte de las autoridades, en apego estricto al espíritu de las Leyes de Reforma (5). La masonería comenzó a tener un auge inusitado, situación que preocupó a la jerarquía católica paceña, ya que como integrantes de esa fraternidad se contaba a personajes muy destacados de la sociedad. Eso fue causa de enfrentamientos entre los curas opuestos totalmente a los grupos masónicos que tomaron el poder en México. Estos enfrentamientos fueron muy evidentes a través de publicaciones de la época.

            En esa atmósfera de confrontación ideológica surge El Faro a principios de 1878, donde un personaje llamado Luis Mendoza (posiblemente un seudónimo) denunció la usurpación del jefe político, el coronel Carlos Andrés L. Tapia. El Faro fue editado en la Imprenta del Comercio, propiedad de Adrián Valadés, que participó como redactor en ese medio hasta que se convirtió en su director (6). De acuerdo a datos censales de la municipalidad, ese mismo año la ciudad de La Paz contaba con 3,554 habitantes.

            La actividad minera ya empezaba a tener un notable incremento en el municipio de San Antonio, donde se denunciaban con frecuencia nuevas vetas auríferas y argentíferas. En 1878 en El Triunfo residían 3,484 personas (7), de las que 79 eran de origen extranjero, principalmente ingleses y norteamericanos que se instalaron en el lugar para la explotación de oro y plata. En ese ambiente de auge minero y de incremento poblacional salió a la luz en junio de 1879 el semanario El Regenerador, que en su número dos divulgó el resultado de exámenes escolares haciendo hincapié en la mala organización de la escuela municipal de San Antonio, además de anunciar la construcción de un puente.

            En el ramo educativo y como apoyo a la labor docente, durante 1881 el profesor Librado Vázquez publicó en La Paz el periódico La Victoria. De igual forma Felipe de Jesús Pedroza editó un órgano similar en Todos Santos titulado El Porvenir (8). Ambos periódicos tuvieron una vida efímera, pero fueron pioneros en su género por tratar temas orientados exclusivamente a la instrucción pública.

            A inicios de ese año, el comerciante Felipe Cota Mendoza fundó en este puerto La Voz de California, que con el lema de Periódico político, de instrucción pública y de anuncios se instituyó como órgano de promoción cultural, donde se dio cabida a poesía romántica y épica. En las páginas de este diario también se trataron los asuntos educativos además de exhibirse los resultados de exámenes escolares públicos. Felipe Cota combinó su actividad periodística con la de representante del Sonora Bank & Trust, Co. Después de diez años sólo se dedicó al comercio, al cerrar su periódico.

            Para 1883, durante el mandato del general José María Rangel, el periódico oficial del gobierno del Distrito Sur se tituló La Paz y su publicación estuvo bajo la responsabilidad del licenciado Rodolfo F. Nieto. En el interinato del general Bibiano Dávalos, en 1889, el órgano oficial del gobierno es titulado únicamente como Boletín Oficial, nombre insípido y simple que prevalece hasta la fecha.

            En Mulegé, a la sazón población septentrional más numerosa del Distrito Sur, se imprimió alrededor de 1884 EL CABLE, redactado por los integrantes de un círculo de lectores de libros de la biblioteca local, que también intercambiaban ejemplares de libros y periódicos con grupos similares de otras ciudades de la república. Existen también algunas referencias de que también en Mulegé, a la par del nacimiento del auge minero con el descubrimiento y explotación de yacimientos de cobre, se imprimió en 1895 un periódico de nombre El California.

            De nueva cuenta en 1893, el escritor liberal Adrián Valadés Castro inició en su taller Imprenta del Comercio la edición de un periódico bajo el rubro El Correo de La Paz. Valadez Castro había logrado en julio 1887 firmar un contrato para imprimir los libros escolares, signado directamente con el jefe político Andrés L. Tapia (9).

            Entre los talleres de imprenta locales existía ya una competencia por mantener bajo sus influencias al escaso y muy valioso personal capacitado en los quehaceres de la imprenta. Recordemos que el oficio de impresor era casi artesanal y las publicaciones de esos tiempos eran realizadas totalmente a mano. Un ejemplo ilustrativo de lo anterior es un anónimo dirigido como reproche al señor Adrián Valadés que se publicó el 10 de noviembre de 1887 en el periódico La Baja California de José Fidel Pujol que textualmente señalaba: Con su maña de siempre por hacernos mal [Adrián Valadés] anda sonsacando a nuestros cajistas, quienes no se dan por entendidos. ¿Hasta cuándo se le quitará lo ambicioso al señor Valadés? Probablemente hasta que muera (10).

            El oficio de cajista, consistía en acomodar en pequeñas cajas, uno a uno, cada tipo movible formando palabras completas, luego renglones y después los párrafos, dando cuerpo a cada nota antes de ser impresa. Un buen cajista debía tener como cualidades una excelente ortografía y una habilidad especial para acomodar los tipos movibles, además de leer y revisar el texto al revés, antes de llevarlo a la prensa.

            Sin autor definido, pero como una señal fehaciente de que ya había inquietud por la creación de espacios literarios, se publicó el primer número de El Progreso el 9 de octubre de 1895, donde se habla de una reunión de señoras y señoritas que por iniciativa de éste periódico, se han citado con el objeto de inaugurar la Sociedad Filantrópica de La Paz.

            De nueva cuenta en la pujante comunidad minera de El Triunfo se funda un semanario, ahora con el nombre de La Luz del Sol, que se estrenó la primavera de 1895 y tuvo su prueba de fuego dando a conocer detalles de los daños causados por un fuerte temporal aparentemente un ciclón, que azotó La Paz y ese lugar entre el 30 de septiembre y el primero de octubre de ese mismo año.

            En los albores del siglo XIX, la información de carácter oficial del gobierno del general Porfirio Díaz era hecha llegar a la población paceña a través del periódico LA OPINIÓN PÚBLICA, Órgano Oficial de la Junta Central Porfirista, semanario dominical de carácter gratuito que nació el 21 de junio de 1896. Su director fue el señor Angel C. Ortiz y era editado en la imprenta La Paz propiedad del señor Salvador Díaz, quien a su vez fungía como administrador de este semanario.

            Un año antes circuló EL HERALDO bajo la dirección de Emilio R. Peña auxiliado por Agustín M. Calderón y Vicente A. Serrano. Con el lema de Semanario Noticioso e Independiente, este periódico que salía todos los martes, tuvo una vida efímera.

 

 

 

  1. Historia de la Baja California 1850/1880.- Adrián Valadés (Edición de la UNAM 1974). P. 52.
  2. Primer padrón de la municipalidad levantado en 1853, publicado en Boletín Oficial el 16 de enero de 1882.
  3. Imprenta y Periodismo en Sinaloa.- Héctor R. Olea (1995). P. 92. Fernández Castro fue además encargado de la imprenta del Gobierno del Estado de Sinaloa de 1856 a 1862 en Culiacán y Mazatlán, ciudad esta última donde también fue regidor del Ayuntamiento en 1865.
  4. El nombre de este gobernante lo lleva la plaza principal de la ciudad.
  5. Valadés, Adrián, Op. Cit. P.p. 207-213.
  6. Geografía del Territorio Sur de la Baja California.- Manuel Torre Iglesias (1957). P. 173.
  7. Censo General de la Municipalidad de San Antonio, mandado levantar por acuerdo del ayuntamiento.
  8. Historia de la Educación en Baja California Sur.- Gilberto Ibarra Rivera (1993). P. 125.
  9. 1887: Primer Año del Porfiriato en la Baja California.- Francisco Javier Carballo en el No. 9 de la revista Crónicas editada por la Dirección de la Crónica Estatal Junio de 1992.
  10. Íbidem.

centinela.jpg
PRIMER PERIODICO DE BAJA CALIFORNIA

elmexicanojpg.jpg
"El Mexicano", La Paz, B.C., 1864

labaja.jpg
"La Baja California", La Paz, B.C. (1870)

elzancudojpg.jpg
"El Zancudo", La Paz, B.C. (1872).

laequidadjpg.jpg
"La Equidad", La Paz, B.C. (1875)

heraldo.jpg